Educación en la actualidad

El sentido de la educación viva y consciente en el momento actual

La humanidad está atravesando un momento crítico. Parece claro que la forma predominante de relacionarnos entre nosotros y con el planeta no funciona. Somos muchos los que sentimos que se está gestando un cambio de consciencia en el ser humano. Consideramos que ese cambio va hacia la unión, hacia sentir que somos uno y actuar en consecuencia; sentirnos uno con los humanos, uno con el planeta, uno con el universo.

A partir del camino recorrido en nuestro proyecto Escuela Viva del Bosque y de compartir con las familias, con otros proyectos y con personas de otros ámbitos, queremos ofrecer tres reflexiones con relación a cómo enfocar la educación de los niños/as.

Mirarnos a nosotros mismos

Antes de ponernos a pensar en cómo debería ser el mundo ideal, miremos hacia dentro de nosotros mismos. ¿Qué es lo que nos separa de nosotros y, por ende, de los otros? ¿Qué hábitos hemos construido para lograr seguridad, que nos impiden vivir plenamente? ¿Qué herencia arrastramos de nuestra historia, de nuestras vivencias tempranas, que nos impide fluir y confiar en la vida?

Así pues, lo primero que nos planteamos antes de educar a otra persona es mirar en nuestro propio interior y ser conscientes del camino recorrido, de nuestros dones y limitaciones. Si sabemos quiénes somos, y lo aceptamos, es más fácil poder aceptar lo que el otro es.



Aceptar lo que es

Los niños y niñas tienen un gran potencial en relación con la conciencia, con la forma de percibir el mundo y con su modo de aprender. Más que enseñar, se trata de no interferir en su proceso, confiar en que aprenderán aquello que necesiten y desarrollarán aquello esencial para sus vidas. Sentimos que si son respetados y apoyados en sus procesos de aprendizajes con su forma y sus tiempos podrán ser auténticos, creativos y libres.

Confiar

Uno de los cuestionamientos que suele acompañar a la educación viva y consciente es si se adaptarán a otros contextos educativos y sociales más tradicionales, si aprenderán lo que necesitan para su vida.

La mayoría de nosotros no vivimos en nuestra infancia con respeto, libertad y autonomía para decidir sobre nuestro aprendizaje y sobre nuestras vidas.

A lo largo de la historia, la educación se ha caracterizado por imponer al niño/a lo que tiene que hacer y aprender, desconectandolo de sí mismo y poniéndolo al servicio de los intereses de un sistema violento con las personas en particular y con la vida en general.


El sentido de la educación viva y consciente en nuestro momento histórico, es favorecer contextos apropiados para que los niños/as desarrollen sus potencialidades, para que permanezcan conectados con su propio deseo.